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Posicionamiento estudiantil frente al diagnóstico del PEER (Proyecto Emergente de Enseñanza Remota)

Ciudad de México a 10 de julio de 2020

AL COLEGIO ACADÉMICO DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA (UAM)

A LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA DE LA UAM

AL PUEBLO DE MÉXICO

Presente


Vivimos tiempos extraordinarios, como humanidad nos enfrentamos a una enfermedad que ha dejado en evidencia brutal las relaciones sociales de desigualdad, mismas que se manifiestan también al interior de nuestra institución educativa.

La dinámica mundial de volver a la “nueva normalidad”, que no es más que el viejo sistema capitalista que no se ha detenido, ha obligado a todos los sistemas educativos a entrar en una dinámica distinta para la impartición de la educación mediante los modelos en línea o remotos. Nuestro país no ha sido la excepción, desde la educación básica hasta la educación superior, se han tenido que sumergir en las nuevas plataformas digitales para darle continuidad a sus cursos con tal de mantener las rutinas tan necesarias para la reproducción de este sistema capitalista.

La Universidad Autónoma Metropolitana no podía quedarse atrás al asumir esta nueva dinámica que desde hace algunos años se ha tratado de implementar como una transición a la vanguardia (recordemos que nuestro sistema es presencial y nuestros programas en su gran mayoría están adaptados a esta realidad), la implementación de la educación remota como un primer acercamiento a la educación en línea o a distancia, no puede dejar de lado que el actual Rector General el Dr. Peñalosa, ha coordinado la línea de investigación “Comunicación educativa en sistemas abiertos y a distancia”, además que en la UAM Azcapotzalco recientemente se implementó el primer sistema semipresencial de la universidad; este es el contexto con el que se instaura el Proyecto Emergente de Educación Remota (PEER) en la UAM. Con ello nos preocupa que esta medida corresponda a una línea de trabajo que aún no conocemos.

Así, a dos meses de la implementación del PEER, ya podemos ver varias de las implicaciones que ha tenido, desde lo académico hasta lo administrativo. Donde toda la comunidad universitaria ha tenido dos opciones, sumarse a este proyecto o hacerse a un lado, como es el caso de varios de nuestros compañeros estudiantes que tuvieron que dejar pasar este trimestre por el mismo contexto de la pandemia que padecemos, a pesar de la defensa que se dio por parte de algunos colegiados, principalmente estudiantiles, por tener mayores consideraciones por los miembros de la comunidad que estaban atravesando y aún atraviesan por dificultades intrínsecas del tiempo que vivimos, el llamado a la continuidad se impuso y quedaron desplazados para que vuelvan cuando el contexto nacional y mundial mejore, en el mejor de los casos.

Seguimos sin un diagnóstico pertinente de cómo se encuentra la totalidad de la comunidad universitaria, para poder implementar de mejor manera el PEER y las nuevas condiciones que habremos de adoptar una vez que la emergencia sanitaria nos permita reencontrarnos de manera presencial en los espacios universitarios.

Debemos señalar que la evaluación de este trimestre 20-I que está por terminar, fue nuevamente sesgada pues a pesar de que se llevaron a cabo varios conversatorios virtuales, desde uno organizado a nivel UAM, como otros llevados en cada una de las unidades académicas, las participaciones no fueron abiertas, nos preguntamos ¿cómo fue la selección para quienes participaron? no porque fueran menos valiosas, sino porque el carácter democrático quedó excluido y porque en muchos otros casos lejos de ser una reflexión acerca del PEER fue una sesión de preguntas y respuestas sobre dudas de carácter administrativo, tampoco menos importante, pero que no era el sentido de estos foros.

Reconocemos los esfuerzos desde los diferentes sectores para poder sacar adelante el trimestre 20-I, sin embargo, después de la experiencia debemos realizar un análisis colectivo y serio que nos permita la mejora de la implementación del PEER con todas las implicaciones académicas y administrativas que se requieran, y dejar en claro que este proyecto sólo deberá implementarse durante la actual contingencia sanitaria, una vez pasada la emergencia deberemos volver a las aulas, pues las clases remotas o virtuales quedan debiendo mucho de lo que es la experiencia universitaria, y que este proyecto solo se justifica en el anterior contexto. Como se demuestra en la encuesta impulsada por Rectoría General en donde el 56.6 % de encuestados considera que aprendieron parcialmente los contenidos del curso, volviéndose el PEER en un mecanismo para cumplir con las dinámicas que exige la la SEP y se respete el presupuesto universitario, y no el compromiso con una educación de calidad donde se estén aprendiendo los contenidos programáticos.

Debemos señalar los aspectos que quedan pendientes en el PEER como una capacitación adecuada al personal académico, lo cual se hace necesario para la implementación de las nuevas tecnologías de tal forma que la comunicación pueda ser más fluida entre las partes, reglas de operación mínimas que permitan la adecuación de las diferentes UEA’s de tal forma que se cumplan los programas, y que exista una forma de monitorear dicho cumplimiento sin que esto intervenga con la libertad de cátedra. Recordemos que si en clases presenciales no existen acuerdos mínimos entre las UEA’s, en sistema remoto menos y esto es un pendiente que se tiene que seguir trabajando.

Algunos estudiantes desde nuestro sector realizamos un cuestionario con aspectos que no se evaluaron desde la encuesta de Rectoría General, como lo son el contexto social y psicoemocional, este cuestionario lo realizamos en estos últimos 4 días, lo contestaron 420 estudiantes de las cinco Unidades Académicas, se hizo llegar a la comunidad estudiantil a través de la plataforma de google, cuenta con 7 secciones, 2 de las cuales se destinaron a saber sobre la situación del PEER, y 5 secciones nos aportan datos sobre el contexto en que se vive la situación actual de la pandemia y las clases remotas.

Algunos de los datos importantes a destacar y que influyen en nuestro rendimiento académico es que el 57% de la muestra consideran no tener un lugar adecuado para el estudio, el 66% haber tenido problemas para cursar el trimestre 20-I, 70 % no cuenta con un equipo de cómputo adecuado, a pesar de que el 94% cuente con internet en su domicilio, además que comparten dicha señal con 3 o 4 equipos.

En la situación emocional no estamos mejor, 72% manifiesta tener ansiedad, 67% agotamiento mental, 67% insomnio, 32% crisis nerviosas y 60% manifiesta tener necesidad de atención emocional.

En la situación económica 71% de los compañeros participantes manifiesta una reducción del ingreso familiar, 25% perdió el empleo durante esta contingencia siendo que el 22% de nuestros compañeros aportan al ingreso familiar.

Además que un 66.3% de nuestra muestra expresó haber tenido problemas para cursar el trimestre (con el PEER). Los problemas variaron desde salud psicoemocional con un 64.6% hasta en las condiciones materiales con 57% ,problemas que en algunos casos se mezclaron.

Un último punto que nos gustaría resaltar es que un 40% de los compañeros comentó conocer a alguien que no pudo cursar el trimestre por cuestiones económicas. Por lo cual reiteramos importante reflexionar sobre las condiciones en las que está situada la universidad, tomando en cuenta que es una institución pública. Hacer como si este proyecto fuera un logro ¿Nos hace preguntarnos desde qué perspectiva se está mirando?

De esta manera, los datos antes mencionados tienen una influencia de mucho peso en el proceso de enseñanza-aprendizaje para el correcto aprovechamiento como estudiantes, y que no se han tomado en cuenta en el desarrollo del PEER, además de revisar de qué manera la institución puede apoyar a su propia comunidad, pues a decir del propio documento redactado por la comisión de evaluación del PEER, los apoyos en especie que otorgó la Universidad deberían de ser continuos a lo largo del trimestre y no solo al inicio del mismo, entre otras formas en que debiera apoyarse a la comunidad universitaria.

Nos parece preocupante que este trimestre que termina no haya habido encuesta de evaluación al trabajo docente por parte de los estudiantes, si bien, todos estábamos pasando por un periodo de adaptación al PEER, y hubo varios profesores comprometidos con el proceso de enseñanza-aprendizaje también hubo muchos otros que dejaron abandonados a los grupos en la cuestión de la retroalimentación que es fundamental para cerciorarse que como estudiantes estamos adquiriendo los conocimientos necesarios para nuestro desarrollo profesional, de lo contrario estar en una institución de educación o ser autodidactas no tendría diferencia alguna.

Reconocemos que en el actual contexto era necesario retomar las actividades de nuestra universidad, sin embargo, se debe señalar que el PEER y otros programas en línea no responden a las necesidades ni a los estándares de calidad que una de las universidades con más reconocimiento requiere. Además, que la distancia solo contribuye a la precarización laboral de los profesores, del sector administrativo y el estancamiento de los sectores más precarios del alumnado; cosa que solo visibiliza el gran umbral de desigualdad en la que vive la población mexicana.

Por el lado de los profesores se ha incrementado la carga de trabajo, al no haberse llevado las convocatorias para la contratación de profesores temporales, por el lado de los administrativos el desplazamiento de su materia de trabajo.

Se hace imperativo que la flexibilidad para el alumnado de la que tanto se ha hablado se mantenga en tanto continúa el PEER, pues seguimos con muchas incertidumbres en nuestra vida cotidiana para sumar como una carga nuestra educación, en un contexto donde hoy más que nunca nos encontramos ante el debate de la vida y la muerte, de familiares, amigos y compañeros, en tanto no se encuentre la cura al virus que nos manteniendo en confinamiento.

Reiteramos que pugnamos por una educación universitaria laica, gratuita, de calidad, inclusiva, que ayude a resolver los grandes problemas nacionales, donde se dé prioridad a la educación de nuestro pueblo trabajador, quién mantiene a nuestra gran Universidad a través de sus impuestos y reiteramos que el sistema de educación a distancia solo deberá implementarse en el contexto de la contingencia COVID-19, además, que debemos buscar mecanismos que cierren las grandes brechas de desigualdad y permitan mayor acceso a la educación superior sin que esta sea un privilegio de unos pocos.


Por una Universidad abierta al diálogo, a la transparencia, a la rendición de cuentas y con verdadero compromiso social.

¡Digna, libre y soberana, Digna, libre y soberana, Arriba la Metropolitana!

A T E N TA M E N T E

Crítica Combativa Estudiantil

UAM Azcapo Independencia Estudiantil

Luis Gerardo Laymon Rodríguez- Consejero Académico por Sociología de la UAM Azcapotzalco


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